Dolor osteoarticular en deportistas

Abordaje integrativo del dolor osteoarticular en deportistas: más allá de los AINEs

Aleti Institute

6/17/20253 min read

El dolor osteoarticular es una de las causas más frecuentes de consulta en medicina del deporte y traumatología. Ya sea por sobreuso, impacto, desgaste articular o secuelas de lesiones, el dolor en articulaciones como la rodilla, cadera, hombro o columna afecta no solo el rendimiento, sino también la motivación y la longevidad deportiva.

Durante años, el tratamiento habitual ha consistido en el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), infiltraciones con corticoides o el reposo. Sin embargo, estos enfoques no están exentos de riesgos ni son soluciones sostenibles. Hoy, la medicina integrativa propone un abordaje más amplio, seguro y personalizado, que no se limita a suprimir síntomas, sino que busca modular la inflamación, reparar tejidos y restaurar la función articular desde un enfoque sistémico.

Limitaciones del enfoque convencional

Aunque los AINEs son eficaces a corto plazo para el alivio del dolor, su uso prolongado presenta efectos adversos conocidos:

  • Irritación gastrointestinal y riesgo de úlceras

  • Aumento del riesgo cardiovascular

  • Disminución de la síntesis de colágeno

  • Posible inhibición del proceso regenerativo natural del cuerpo

Del mismo modo, las infiltraciones con corticoides pueden deteriorar la integridad del cartílago si se repiten con frecuencia, especialmente en articulaciones de carga.

En este contexto, los médicos del deporte están recurriendo cada vez más a enfoques integrativos que abordan el dolor desde distintos frentes: inflamación sistémica, metabolismo articular, estrés oxidativo, hábitos de vida y estructura emocional del paciente.

Componentes clave de un enfoque integrativo

1. Modulación de la inflamación desde la nutrición y los nutracéuticos

  • Omega-3 (EPA y DHA): potentes antiinflamatorios naturales. Reducen los niveles de prostaglandinas inflamatorias y mejoran la movilidad articular.

  • Curcumina: extraída de la cúrcuma, inhibe COX-2 y NF-kB. En combinación con piperina o en formas liposomales, tiene una biodisponibilidad adecuada y un perfil seguro.

  • Boswellia serrata: planta con propiedades antiinflamatorias, útil en casos de artritis o dolor crónico.

  • Colágeno tipo II no desnaturalizado: ayuda a modular la respuesta autoinmune en patologías como la osteoartritis, mejorando síntomas sin los efectos secundarios de los medicamentos.

2. Fitoterapia personalizada

Existen plantas con efecto analgésico y antiinflamatorio que pueden complementar el tratamiento médico sin causar daño hepático o renal:

  • Harpagofito

  • Sauce blanco (ácido salicílico natural)

  • Jengibre (efecto sobre prostaglandinas)

3. Terapias regenerativas complementarias

  • PRP: no solo para tendones, también útil en articulaciones (gonartrosis, condropatías).

  • Ozonoterapia intraarticular: mejora la oxigenación del cartílago, reduce el dolor y estimula la producción de antioxidantes endógenos.

  • Proloterapia en ligamentos y cápsulas articulares: fortalece estructuras de soporte y mejora la estabilidad.

4. Corrección de disfunciones biomecánicas y neuromusculares

Dolores articulares crónicos suelen tener un componente postural o funcional que no mejora solo con medicación. Es clave:

  • Evaluación de cadena cinética

  • Reeducación muscular (activación glútea, core, escapular)

  • Liberación miofascial y terapia manual integrativa

5. Gestión del estrés y sueño reparador

El dolor crónico se ve amplificado por la activación constante del sistema nervioso simpático. El mal descanso, la ansiedad y la fatiga mental aumentan la percepción del dolor. Estrategias como:

  • Respiración diafragmática

  • Mindfulness o meditación guiada

  • Suplementos como magnesio, L-teanina, ashwagandha

… pueden ser clave para romper el ciclo del dolor.

Casos clínicos comunes y respuestas integrativas

  • Condromalacia rotuliana en corredores: PRP + omega-3 + ejercicios excéntricos + corrección postural

  • Osteoartritis leve en hombro o rodilla: curcumina + colágeno tipo II + terapia manual + ozonoterapia

  • Dolor sacroilíaco funcional: proloterapia + reeducación de core + fitoterapia antiinflamatoria

Conclusión

El abordaje integrativo del dolor osteoarticular no niega el valor de la medicina convencional, pero amplía el espectro terapéutico con herramientas naturales, regenerativas y funcionales que respetan la fisiología del deportista. En lugar de simplemente silenciar el dolor, se trata de escuchar lo que el cuerpo está comunicando, modular los factores sistémicos que lo perpetúan y activar los mecanismos de regeneración propios del organismo.

Para el traumatólogo deportivo del presente, integrar este enfoque no es una opción alternativa, sino una evolución lógica hacia una medicina más humana, eficaz y sostenible.