Fitoterapia deportiva:

Plantas medicinales con respaldo científico

Dra. Alejandra Plavan

6/17/20253 min read

En la medicina del deporte moderna, la búsqueda por soluciones naturales, seguras y eficaces ha llevado a un renovado interés por la fitoterapia: el uso de plantas medicinales con propiedades terapéuticas respaldadas por la ciencia. Aunque históricamente estas herramientas se asociaban con la medicina tradicional, hoy muchas de ellas cuentan con evidencia clínica que respalda su eficacia en contextos deportivos, especialmente en el manejo de la inflamación, el estrés, la fatiga y la recuperación muscular.

La fitoterapia aplicada al deporte se enfoca en mejorar el rendimiento físico, modular el estrés oxidativo y acelerar la recuperación sin generar efectos adversos como los que pueden provocar los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o los fármacos ansiolíticos. A continuación, exploramos algunas de las plantas con mayor respaldo científico y aplicación clínica:

1. Cúrcuma (Curcuma longa)

Uno de los fitoterápicos más estudiados. Su compuesto activo, la curcumina, tiene potentes efectos antiinflamatorios y antioxidantes. En deportistas, ha demostrado reducir el dolor muscular post-ejercicio, mejorar la recuperación y modular la inflamación en lesiones tendinosas o articulares. Su biodisponibilidad mejora cuando se combina con piperina (de la pimienta negra) o formulaciones liposomales.

2. Ashwagandha (Withania somnifera)

Adaptógeno utilizado tradicionalmente en la medicina ayurvédica. La evidencia moderna muestra que puede reducir los niveles de cortisol, mejorar la resistencia cardiovascular, aumentar la fuerza muscular y mejorar la calidad del sueño. En estudios con atletas, se ha asociado con mejoras en VO2máx y mayor resistencia al estrés físico.

3. Ginseng (Panax ginseng)

Con propiedades ergogénicas, el ginseng puede mejorar la capacidad física y mental, reducir la fatiga y aumentar la concentración. Estudios clínicos han mostrado mejoras en el tiempo de reacción, la percepción del esfuerzo y el rendimiento aeróbico, especialmente en deportes de larga duración.

4. Boswellia serrata

Conocida por su efecto antiinflamatorio, especialmente útil en casos de artritis o lesiones articulares. Su principio activo, el ácido boswélico, inhibe mediadores inflamatorios sin afectar la producción de prostaglandinas protectoras, a diferencia de los AINEs. Se está utilizando cada vez más en deportistas con desgaste articular crónico.

5. Rhodiola rosea

Otro adaptógeno relevante. Ayuda a modular el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, reduce la fatiga mental y mejora la recuperación tras entrenamientos intensos. También se ha vinculado con mejoras en la percepción del esfuerzo y menor tiempo de recuperación cardiovascular.

6. Harpagofito (Harpagophytum procumbens)

También llamado “garra del diablo”, es un antiinflamatorio natural con efectos similares al ibuprofeno, pero sin los efectos gastrointestinales negativos. Útil en casos de dolor musculoesquelético, lesiones crónicas o dolor lumbar en deportistas.

¿Cómo aplicar la fitoterapia en el entorno deportivo?

Para que estas plantas sean realmente efectivas, es importante considerar:

  • Calidad del extracto: no basta con el nombre de la planta, se requiere conocer el estandarizado del principio activo (por ejemplo, 95% de curcuminoides en el caso de la cúrcuma).

  • Dosis terapéuticas: muchas veces las dosis de los suplementos comerciales no alcanzan niveles clínicamente efectivos.

  • Interacciones farmacológicas: aunque naturales, estas plantas pueden interactuar con medicamentos convencionales, por lo que deben usarse bajo supervisión médica.

  • Periodo de uso y objetivos específicos: algunas se utilizan en periodos de alta carga, otras en fases de recuperación, o como parte de la prevención de lesiones.

Fitoterapia como parte de un enfoque integrativo

La fitoterapia no es una “medicina alternativa”, sino una herramienta complementaria con creciente respaldo científico. Cuando se integra dentro de un plan de salud deportiva más amplio –que incluya evaluación médica, nutrición funcional, terapia física y manejo del estrés– puede potenciar significativamente los resultados.

Además, su perfil de seguridad, si se utiliza correctamente, la convierte en una opción atractiva frente al uso prolongado de fármacos que, aunque eficaces, presentan efectos secundarios bien conocidos (como daño hepático, renal o gástrico).

En conclusión, la fitoterapia representa una oportunidad real para modernizar la medicina deportiva desde una base natural y científica. Con conocimiento, criterio clínico y personalización, las plantas medicinales pueden ser aliadas poderosas para optimizar el rendimiento, cuidar la salud del deportista y fomentar una recuperación más sostenible.