Fracturas por estrés:
Un enfoque multidimensional desde la medicina integrativa y nutricional
Aleti Institute
6/17/20253 min read


Las fracturas por estrés representan un tipo de lesión cada vez más frecuente en el deporte, especialmente en disciplinas de resistencia (running, triatlón), en deportes de impacto (gimnasia, danza, fútbol) y en atletas jóvenes con alta carga de entrenamiento. Estas lesiones no son producto de un solo golpe, sino del acúmulo repetitivo de microtraumas sobre un hueso biomecánicamente y metabólicamente vulnerable.
Tradicionalmente abordadas desde la biomecánica y el control de cargas, hoy sabemos que las fracturas por estrés también tienen un fuerte componente nutricional, hormonal, inflamatorio e incluso emocional. Por eso, la medicina integrativa y nutricional ofrece herramientas muy valiosas para su prevención, diagnóstico temprano y tratamiento efectivo.
¿Qué factores contribuyen al desarrollo de fracturas por estrés?
Déficit de vitamina D y calcio
Bajo índice de masa ósea (especialmente en mujeres)
Trastornos alimentarios o RED-S (síndrome de déficit energético relativo)
Amenorrea o desequilibrios hormonales
Disbiosis intestinal que afecta la absorción de minerales
Sobrecarga de entrenamiento sin recuperación adecuada
Inflamación sistémica de bajo grado
Por tanto, un enfoque puramente ortopédico (reposo, antiinflamatorios, férula) no es suficiente. Se necesita una evaluación integral del estado del atleta.
Estrategias integrativas para el abordaje de fracturas por estrés
1. Optimizar la salud ósea desde la nutrición funcional
Vitamina D3 + K2: la D favorece la absorción de calcio y la K2 asegura que se fije en el hueso y no en arterias. Niveles óptimos de vitamina D reducen el riesgo de fracturas y mejoran la mineralización.
Magnesio: mineral clave para el metabolismo óseo, interviene en más de 300 reacciones enzimáticas. Su déficit es común en deportistas, especialmente con alto consumo de café o estrés.
Calcio biodisponible: preferentemente de fuentes alimenticias (sésamo, almendras, verduras verdes) y, si es necesario, en forma de suplemento de citrato de calcio.
Colágeno tipo I + silicio orgánico: favorecen la formación de matriz ósea, mejoran la densidad y reducen el tiempo de consolidación.
Zinc, boro y manganeso: oligoelementos esenciales en la reparación ósea.
2. Corregir disbiosis intestinal
Muchos deportistas presentan alteraciones en la microbiota intestinal por dietas restrictivas, uso de AINEs o estrés. Esto impacta negativamente en:
Absorción de calcio, magnesio y zinc
Producción de vitaminas del grupo B
Integridad de la barrera intestinal (riesgo de inflamación crónica)
El uso de probióticos específicos, alimentación rica en prebióticos y reducción de ultraprocesados es clave.
3. Modulación del eje hormonal
En mujeres, el síndrome de la triada femenina (bajo peso, amenorrea, osteoporosis) es una de las causas principales de fracturas por estrés. En hombres también puede haber desequilibrios:
Hipogonadismo funcional por sobreentrenamiento
Cortisol crónicamente elevado
Déficit de testosterona o DHEA
Aquí, la corrección del déficit energético, el manejo del estrés y el uso de adaptógenos como ashwagandha o rodiola pueden ayudar a restablecer el equilibrio.
4. Terapias regenerativas para acelerar consolidación ósea
Ozonoterapia: mejora la oxigenación y estimula la regeneración ósea.
PRP con activadores osteogénicos: puede aplicarse en fracturas por estrés con mala evolución o cicatrización lenta.
Ultrasonido terapéutico de baja intensidad (LIPUS): estimula la consolidación ósea.
5. Educación alimentaria y emocional
Valorar signos de trastornos alimentarios o sobreentrenamiento.
Promover una relación saludable con la comida y el cuerpo.
Integrar al equipo médico a nutricionistas deportivos, psicólogos y entrenadores para asegurar un entorno que priorice la salud.
Prevención: la clave del éxito
Las fracturas por estrés son altamente prevenibles si se identifican los factores de riesgo a tiempo. Algunas medidas:
Realizar medición periódica de vitamina D en atletas de riesgo
Incluir evaluaciones de composición corporal y densitometría ósea en el seguimiento
Monitorear los ciclos menstruales en mujeres deportistas
Educar en la importancia del descanso, la densidad energética de la dieta y la variabilidad del entrenamiento
Conclusión
Las fracturas por estrés no son solo un problema óseo: son una manifestación de un desequilibrio integral en el organismo del atleta. Abordarlas desde la medicina integrativa y nutricional no solo mejora los tiempos de recuperación, sino que previene recaídas y optimiza la salud a largo plazo.
Para el traumatólogo del deporte, incorporar esta mirada multidimensional es esencial para ofrecer un tratamiento completo, personalizado y duradero.