Nutracéuticos en el deporte:

¿Moda o herramienta basada en evidencia?

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6/17/20253 min read

La búsqueda por optimizar el rendimiento y acelerar la recuperación ha llevado a los deportistas a adoptar una variedad de estrategias nutricionales. Entre ellas, los nutracéuticos –productos derivados de alimentos con efectos beneficiosos sobre la salud más allá de su valor nutricional básico– han ganado terreno. Pero ¿hasta qué punto son efectivos? ¿Estamos ante una moda pasajera o realmente constituyen una herramienta valiosa en la medicina del deporte?

Primero, es fundamental diferenciar entre suplementos y nutracéuticos. Aunque ambos pueden parecer similares, los nutracéuticos suelen derivarse de fuentes naturales y presentan una composición más compleja, a menudo con funciones terapéuticas específicas. Estos productos pueden incluir extractos de plantas, compuestos bioactivos, ácidos grasos, aminoácidos, probióticos y más.

Entre los nutracéuticos más estudiados en el ámbito deportivo encontramos:

  • Omega-3 (EPA y DHA): conocidos por su efecto antiinflamatorio, han demostrado mejorar la recuperación muscular, reducir el dolor post-ejercicio y favorecer la salud cardiovascular. En deportes de contacto, incluso se estudia su papel neuroprotector frente a traumatismos repetitivos.

  • Curcumina: presente en la cúrcuma, ha mostrado propiedades antiinflamatorias y antioxidantes comparables a fármacos como el ibuprofeno, pero sin sus efectos secundarios. Es particularmente útil en el manejo de lesiones crónicas y recuperación de tejidos blandos.

  • Quercetina: flavonoide con potencial para mejorar la capacidad aeróbica y reducir el estrés oxidativo. Se está investigando en deportes de resistencia como el ciclismo o el triatlón.

  • Probióticos y prebióticos: el equilibrio de la microbiota intestinal influye directamente en la inflamación sistémica, la inmunidad y el metabolismo. Su suplementación puede mejorar la absorción de nutrientes y reducir infecciones respiratorias, comunes en atletas con entrenamientos intensivos.

  • Colágeno hidrolizado con vitamina C: promueve la salud de las articulaciones y tendones, y se ha vinculado con una reducción en el riesgo de lesiones cuando se combina con ejercicios de carga.

  • Ashwagandha: adaptógeno que ha demostrado reducir el cortisol, mejorar la resistencia física y favorecer el sueño reparador, aspectos fundamentales en atletas sometidos a estrés crónico.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. La industria de los nutracéuticos es extensa y no siempre está bien regulada. Muchos productos disponibles en el mercado carecen de estudios clínicos sólidos o contienen dosis subterapéuticas. Además, existe el riesgo de contaminación cruzada con sustancias dopantes, lo que puede poner en peligro la carrera de un atleta si no se verifica la certificación del producto.

Desde el punto de vista médico, es esencial adoptar una postura crítica y basada en la evidencia. Antes de recomendar un nutracéutico, debe evaluarse la situación individual del deportista: su historial clínico, su carga de entrenamiento, su dieta habitual y sus objetivos. La dosificación, el momento de administración y la calidad del producto son factores determinantes en su eficacia.

En este sentido, el rol del médico del deporte, junto con el nutricionista especializado, es clave. No se trata de promover el consumo indiscriminado, sino de integrar estratégicamente aquellos nutracéuticos que han demostrado beneficios clínicos y que pueden sumar valor en un plan de intervención integral.

El futuro de los nutracéuticos parece prometedor. Se están desarrollando formulaciones personalizadas basadas en genética, microbioma y marcadores inflamatorios. Esta medicina de precisión permitirá una aplicación aún más efectiva y segura de estos compuestos, individualizando las recomendaciones según el perfil del deportista.

En resumen, los nutracéuticos no son una moda, pero tampoco una solución mágica. Bien utilizados, pueden ser aliados poderosos en la prevención de lesiones, la mejora del rendimiento y la aceleración de la recuperación. Para los médicos del deporte, mantenerse informados y críticos es la mejor forma de sacar provecho de esta herramienta sin caer en el marketing sin sustento.